Querido diario: Hoy os voy a contar, los días más maravillosos que he pasado durante la vida que llevo, fue cuando me decidí a emprender el magnífico camino de Santiago.
22 Febrero de 2006
En el camino
Me encuentro iniciando el camino de Santiago en la ciudad de Burgos. Un bonito paisaje, la naturaleza misma, vacas y cabras comían muy tranquilas por aquellos grandes prados verdes, los que el sol grande y caluroso los iluminaba. Yo sola, iba a iniciar el camino de Santiago dispuesta a recorrer un poco de mundo, aprender cultura, conocer a diferente gente y sobretodo vivir nuevas aventuras y experiencias. Caminando y caminando me topé con una gran pelegrina, era muy guapa y amable y venia andando desde Huesca. Las dos nos juntamos en el camino y decidimos que podíamos recorrer un grande trozo juntas, hablando de nuestra vida, relaciones, cosas que nos gusta hacer, cosas que nos han pasado…Ella me explicó que estaba haciendo este camino que tanta gente hace, porque le habían dicho que al final del camino encontraría un amor verdadero que le haría muy feliz. Así nos tiramos horas y horas andando hasta que oscureció, juntas nos paramos a descansar en un albergue, allí nos lo pasamos muy bien, haciendo muchas bromas y sobretodo fotografiando aquellos momentos para que nunca se olvidaran. Al día siguiente emprendimos de nuevo con mucha fuerza el camino, ese día hacía mucho calor de modo que no pudimos hacer mucho trozo de un tirón. Nos paramos a descansar unas 3 veces entre todo el día, pero una de aquellas paradas fue inesperada. A la tercera vez que paramos en un albergue donde estaba lleno de gente, todos ellos pelegrinos, unos viejos, jóvenes, altos, bajos, pues allí yo y Alicia que así se llamaba la pelegrina de Huesca, nos sentamos en una mesa al aire libre, y decimos reponer fuerzas bebiendo unas cuantas bebidas energéticas y algún pequeño bocadillo que llevábamos en la bolsa. Pero mientras todo esto sucedía, un grupo de 4 jóvenes, se acercaron nuestra mesa, y nos preguntaron que si se podían sentar con nosotras que no encontraban ningún hueco donde se pudiera parar. Entonces a mi me entró un flechazo, amor a primera vista, era alto, guapo, simpático, lo tenía todo y parecía que él también se había fijado en mi. Bueno así que cuando terminamos todo esto recogimos nuestras bolsas y cuando nos dirigimos a salir del albergue, el chico que me había enamorado y sus amigos nos acompañaron todo el viaje. Así que todos muy contentos pasamos un gran día, nos contamos todo, creencias, estudios… Fuimos mejores amigos durante parte del camino, y ya se nos empezaba a notar la atracción de ambos. Pero el camino se acabo, y tristes todos nos despedimos. Ahora me he dado cuenta que nada más hace falta una cuantos días haciendo un recorrido para conocerte verdaderamente como eres, y sobretodo conocer a verdaderas amigas como son en realidad, conocer a fondo sus sentimientos y lo que les divierte, pero lo más importante conocer a la persona que verdaderamente es tu media naranja.
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