LA CASA DE LA PLAYA

Iba de camino a la playa, en el coche, los rayos de sol se filtraban por mi piel, mi pelo batía las ondas del aire y mi mirada, miraba mas allá del horizonte. Desde pequeñita, playa, sol y arena, estaban cada fin de semana en mi vida, con esto quiero decir que, he vivido rodeada del ambiente inhóspito y agreste que la playa te daba. Mi padre y yo en ese momento nos adentrábamos en la magnífica playa de Yush, donde teníamos una pequeña casa construida, bueno mejor dicho una ciénaga, por nosotros mismo desde hace años. Cuando la construimos no pensábamos en el terreno donde la construíamos, ni los problemas que mas adelante, como quizás aquella tarde, podrían ocurrir. Bajamos el equipaje y nos adentremos en la casa. Desde la puerta sale un cabo hacia la orilla del mar, no muy estrecho, pero algo largo. Íbamos porque mi padre hace tiempo, cuando era joven fue cabo de una expedición marítima muy difícil, antes de eso también estuvo en la dársena de un barco de mercaderías. En general a mi padre le apasiona el mar. Descarguemos en casa, y preparamos la cena. La próxima mañana teníamos que embarcar en un gran buque y teníamos que madrugar. Mi padre tenía que llegar a un lugar donde le habían dejado algunos recados. Pero vimos que el cielo no pintaba muy bien y como íbamos a estar días fuera, después de cenar decidimos construir un malecón de madera que amurallara la casa, porque estábamos en un lugar de marisma, y la marea podía alcanzarnos. Pasamos por la bocana que había justo a 500 metros de la ciénaga, hasta llegar a un “basurero marítimo” donde pudimos encontrar el material necesario. Mi padre y yo nos lo pasamos muy bien construyendo-lo y echamos muchas risas, hasta quedarnos dormidos en las hamacas de fuera. A las 9:20h mi padre y yo ya estábamos con el equipaje en mano y listo para zarpar. El viaje no fue demasiado entretenido, pero cambie de ambiente. Al volver nos encontramos con un gran desastre mitad del malecón había caído, por la fuerza del mar. Por lo que se podía ver en el terreno árido e yermo, el agua había arrasado por todo alrededor de la casa, hasta nos había hecho un laguito al lado un tanto vasto. Desde aquel día estamos buscando un sitio mas alejado de la playa para construir nuestra nueva casa de la playa.