dilluns, 22 de novembre del 2010

El mejor regalo, el amor

Son las 17:45h de la tarde, es martes y hoy por fin han llegado las fiestas de Navidad, seguro que para muchos niños son muy especiales estos días, ya que esperan durante todo el año la noche de reyes. Tanto para pequeños, como grandes, porqué son los días que toda la familia está tan unida y se reparte amor por todos los sitios. John, es un hombre de 23 años, alto, rubio con ojos verdes, muy educado y responsable, que vino a Madrid con 19 años, para continuar su carrera de periodismo, porque en Gallway(Irlanda) no tenía mucho éxito. John vive en un piso de alquiler, que de momento puede ir pagando con el sueldo de monitor de niños pequeños, durante los fines de semana. Este año no podrá ir a pasar las navidades a Irlanda, porqué tanto él como su familia no se pueden permitir el dinero, además John quiere ahorrar para poder quedar-se el piso de alquiler. Está tarde John tiene que ir a comprar algunos regalos para sus padres y sobrinos y alguna para tener en casa para que el día de Nochebuena aunque lo pase sólo, por si las moscas. A las 18:45h John acaba de preparar las últimas clases que le quedaban por hacer, coge el dinero y su abrigo y sale muy contento a la parada del bus. 19:05h, llega el bus:
-Buenas tardes, señor Mario, ¿Qué tal estamos?-dice John.
-Buenas tardes, John. Muy bien y ¿tu?-dice Mario.
-Muy contento de que lleguen estos días-dice John.
Le paga el importe indicado y se va al último asiento. “Próxima parada, centro comercial” sonó por el altavoz que hay en el bus. John picó el botón de STOP, y seguidamente el bus paró en la parada de enfrente.
-Adiós, Mario-dice John.
-Adiós, chico-dice Mario.
John entra en el centro, donde no cabía ni un alfiler. A las 20:10h John sale con un par de bolsas y se dirige a la parada. Esta vez ha llegado un poco tarde y el bus ya ha salido. Se sienta en el banco, con dos personas más, a esperar su turno. Mientras está esperando, ve a lo lejos, una chica preciosa: morena, bajita, pelo largo, con una forma de andar muy peculiar. A John le dio el flechazo, pero le latió más rápido el corazón cuando vio que iba hacia la parada de bus, dónde estaba él. Llega el bus, John, sube, paga y se dirige un poco loco por ver aquella chica al final del bus. De repente cuando se va a sentar, le quita alguien el sitio de golpe; él levanta la cabeza para ver quién es el tonto que ha ido corriendo a quitarle el sitio y al levantar la cabeza, se topó con unos preciosos ojos verdes, eran de aquella chica que hace unos minutos le había robado el corazón.
-¡Hola!-dice ella.
-Ah…si…bueno…eh…hola…-dice John, muy nervioso.
-¿Te quieres sentar conmigo?-dice ella con una risilla.
-¡Claro!-dice John, muy rápido.
-¿Cómo te llamas?-dice John.
-Melanie, ¿tu?-le pregunta Melanie
-Yo me llamo, John…-le contesta John, guiñándole el ojo.
Pasaron todo el viaje hablando, preguntándose un montón de cosas, estudios, familia, tiempo, fiestas…
Llega la hora de que John se baje, entonces antes de levantarse, nota como una mano fría le coge la suya, cuándo mira, ve que Melanie le ha apuntado su móvil.
-Adiós-dice John, con cara de alegría.
-Adiós-dice Melanie, con su cara un poco sonrojada.
Pasaron unos días, y John decide llamar a Melanie para invitar-la a cenar, esa noche era Nochebuena y para los dos sería inolvidable.
Tiritirí, tiritirí, tiritirí…
-¿Si?-dice Melanie, al coger el teléfono.
-…Hola…soy John, el chico del bus ¿te acuerdas de mí?-dice John
-Ah, si, claro, dime ¿querías algo?- le pregunta Melanie.
-Pues, mira, había pensado que ya que hoy es una noche especial, pues podíamos quedar para cenar los dos juntos, ¿te apetece?- dice John.
-Bueno, está muy bien, ¿a que hora te va bien?-dice Melanie.
-¿Paso a recogerte a las 20:45h?-pregunta John.
-Vale, ¡pues a las 20:45h nos vemos!-le contesta Melanie.
-Adiós, ¡nos vemos!-se despide John.
Casi toda la tarde se hizo interminable para ambos, pero al final llega. John la fue a buscar a su casa y seguidamente se fueron los dos andando al restaurante preferido de John. Tras muchas risas, llegó la hora de irse del restaurante. Cómo al salir, John vio que aún era pronto, le preguntó que si quería dar un paseo; y la llevó por el centro de Madrid, dónde había mucha gente, familias jugando con sus hijos, bares muy llenos, tiendas iluminadas…Ya son las 23:30h, y cómo ya hace un poco de frío en la calle, John invita a Melanie a su casa. Allí se quedan tomando chocolate con churros, viendo películas…
Son las 11:30h de la mañana, y Melanie se despierta, no sabe dónde está, se da la vuelta y ve a John a su lado, durmiendo cómo un tronco. Esa noche Melanie se había quedado dormida en casa de John, y como ya era tarde John no lo quiso despertar.
Melanie sale de la cama cuidadosamente, para no despertar a John. Se dirige hacia la cocina, para preparar el desayuno. Cuando ya está listo, va a llevárselo a la cama y lo despierta cariñosamente dándole besitos por el cuello.
-Venga, dormilón, despierta- le dice Melanie.
-Eh…¿Qué pasa?- dice John, aún medio dormido.
-Te he traído el desayuno a la cama, como si fueras un príncipe-dice Melanie , con una voz muy dulce.
Seguidamente John deja la bandeja en la mesita de noche y se pone a jugar con Melanie en la cama, haciéndole cosquillas. Después los dos juntos en la camita se ponen el delicioso desayuno que ha preparado Melanie. A las 12:45h John y Melanie van a dar un paseo al campo dónde hay un lago precioso y aprovecharon para hacerse fotos…
John y Melanie pasaron juntos unas fiestas preciosas, al final se juntaron cómo pareja y fueron súper felices.
5 años después…
John tiene mucho trabajo con el piso, aún un no han pagado el piso y no pueden pagar tantos gastos, no sabe qué hacer; ahora mismo Melanie y él están en la calle y además con una criatura a punto de nacer. Mientras John trabaja, Melanie está en casa de su madre que muy pronto la venderá porque su madre está muy enferma.
Un día John decide llamar a su madre y le explica su situación. Entonces la madre allí, empieza a construirle una casa, en Irlanda, amueblada, con todo a mano.
Marta, que así se llamaba la madre de John, llamó a John en el día de su cumpleaños, y también para darle una buena sorpresa:
-¿Sí?-dice John al coger el teléfono.
-¡Felicidades!, hijo mío-dice Marta.
-¡Ah!, hola mamá, ¿Qué tal?-pregunta John.
Así hablaron un rato, hasta que Marta le dijo:
-¿Hijo, has mirado por curiosidad el correo?-le pregunta Marta.
-No, ¿Por qué?-pregunta John, mientras va a buscar-lo.
En el buzón encontró un sobre con dos billetes de avión, DESTINO: Irlanda/Gallway.
-Hijo, ya podéis hacer la maleta, porqué os está esperando una familia con los brazos abiertos y una casa por habitar ¡nuevecita!-dice Marta, alegre.
-Oh, de verdad mamá, oh…que ¡alegría!-dice John, un poco desconcertado.
Rápidamente va a llamar a Melanie y le comunica la noticia. No tardaran nada en hacer las maletas, recoger un poco la casa y salir pitando de Madrid. Melanie con su barrigón, John con todas las maletas y Cándida, la madre de Melanie, a paso de tortuga detrás de John. Llegan a Gallway a las 19:15h de la tarde, bueno allí toda su familia los recibió cómo reyes. Esa noche lo celebraran y se lo pasaran súper bien. Melanie al cabo de 2 meses tuvo a Raúl, un niño precioso de ojos verdes y un tono de piel morenito, un regalo para ellos muy grande. Allí se quedaron a vivir, Raúl creció allí y también Cándida se pudo curar de su enfermedad. Si antes eran felices, cuándo se conocieron, ahora estaban encantados.

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